miércoles, 5 de diciembre de 2007

PODER ADQUISITIVO Y STATUS SOCIAL DE LA GENERACION Y

El profesor de la materia de Teorías Multimediáticas, que imparte en la Universidad Simón Bolívar: Jorge Lizama Mendoza, menciona que aproximadamente el 60% de la población mexicana posee un equipo de telefonía móvil. “Y es por ello que se les ha dado la única lectura a los equipos de telefonía celular, de ser un símbolo de status, aunque ya no sólo se trata de tener la tecnología, sino de sofisticarla”, aclara.

Así finalmente las personas terminan clasificándose en dos tipologías: los ganadores (los que existen), y los perdedores (los que no existen). En este marco los estudiantes universitarios, que forman parte de la Generación Y, aparecen como prácticos porque no desdeñan un ideal, pero se preguntan por su efectividad.

Los medios de comunicación audiovisuales imponen una presencia avasalladora frente a las dinámicas de antes, hoy investirse de una marca, de una imagen, permite una reafirmación de una ubicación, un lugar, una posición desde la cual observar, observarse y ser observado. Por tanto, se debe dar bien, ya que ocupa el lecho de la identidad y se adjudica el status. Esto lo podemos observar en las siguientes gráficas, ya que los universitarios de Yucatán, el 35%, es decir, la mayoría expresa estar de acuerdo con que el teléfono celular es un símbolo de status social, respaldados por el 15% que lo aseguran:
El teléfono celular es un símbolo de status

Según Max Weber la forma principal de distribución de los recursos era la clase social, es decir, la estructura de ingresos, riqueza y poder desigualmente distribuidos en el sistema económico. Para los conceptos de honor y prestigio; y el partido, fundado en el poder político la división de la sociedad.

Al cuestionárseles a los mismos jóvenes sobre si consideran anticuadas a las personas por no contar con un teléfono celular, la mayoría (59 de los encuestados) no lo cree tan determinante, sin embargo no podemos ignorar que un 9% mostró una actitud positiva ante la afirmación planteada.

Si no se tiene un teléfono celular es porque se es una persona anticuada

De lo anterior podemos intuir que actualmente para los estudiantes universitarios no basta con poseer uno de estos aparatos, sino que todo nos indica algo, es decir, el poder adquisitivo no se demuestra con el simple hecho de tener tu celular y ya. Abría que detenernos a observar y/o preguntar a qué generación de teléfono pertenece el equipo que se tiene, qué marca es, qué modelo, dónde lo compraron, con qué compañía telefónica se contrató la línea, si está en algún plan tarifario o no, si lo tiene regularmente con saldo, qué características cumple, etcétera.



El teléfono celular que poseo debe tener lo más avanzado en tecnología, como acceso a Internet o cámara fotográfica



-Pero la sociedad de la información no se trata de tener los objetos- resalta el profesor del Centro de Alta Tecnología en Educación a Distancia, Lizama Mendoza- porque sino en cualquier momento podríamos comprar nuestra ciudadanía social en la información. “Se trata desde mi perspectiva –opina Alberto- de, darle uso a la tecnología de manera lógica y productiva”. Y respecto a este comentario su colega Israel Heredia, se expresa en total acuerdo, y agrega que a su parecer la exclusión que pudiera presentarse en la sociedad de la información sea únicamente un aspecto generacional.

Y con ello surge la interrogante de ¿entonces qué es lo que las nuevas tecnologías ofrecen en una época donde predominan los valores del mercado, que responden a la industria cultural que nos rodea?

El primero en concretar una respuesta es el profesor del SUA (Sistema de Universidad Abierta) de la FCPyS, Jorge Alberto. Él considera que por principio de cuentas es un microrrelato: el de estar ‘IN’, es decir, a la moda. Pero para entender esto mejor veamos los datos estadísticos disponibles:

El teléfono celular es un accesorio de moda


“Y por lo cual, -puntualizó nuestro otro especialista en el tema-, se han configurado los aspectos universales que todos ‘debemos’ saber e incluso los sistemas de valores a compartir. Pero especialmente la telefonía móvil se distingue porque muestra una actitud más humana hacia aquellos que no conocen los usos que dicho aparato tiene”.

Así que como acertadamente lo dijo el maestro de la Universidad Intercontinental, Lizama, “la sociedad de la información se está quedado de largo, lo que viene es la sociedad interactiva. La cual combina la tecnología de la televisión, la celular, las redes gíreles, la computacional, y la silente. Todas ellas convergiendo sin ser una más que la otra, otorgando como resultado final una comunicación ubicua. Y es sin duda hacia este tipo de estudios que México debería apuntar para no rezagarse en estos temas”.

Por está razón es que, las identidades han cambiado. Es decir, con la aparición de nuevos conocimientos, técnicas y/o herramientas de trabajo, la forma de comunicarnos también ha sufrido transformaciones. Debido a esto es que hoy ya no hablamos de identidades monolingüísticas y territoriales, sino multilingüísticas y trasnterritoriales.

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