miércoles, 5 de diciembre de 2007

INTRODUCCION

Es indudable que actualmente nos hayamos inmersos fundamentalmente en una época en la cual las formas de pensamiento, de actividad económica y laboral, de ocio, de interacción social, y en consecuencia, de las condiciones tanto materiales como culturales de nuestra existencia.

El mundo es distinto del que existía cuando nacimos, y muy probablemente lo será aún más cuando desaparezcamos, por ello, es que en estos tiempos postmodernos, en donde la sociedad informacional está globalizada, donde los cambios ocurren aceleradamente; han sido y son objeto de análisis desde hace varios años, las revoluciones tecnológicas.

Los aparatos móviles surgieron para hacer la comunicación más eficaz entre personas que están en lugares geográficos diferentes, superando incluso obstáculos con los que la telefonía fija sigue luchando, pues una de sus principales ventajas es precisamente su movilidad, aunque entre sus desventajas se haya la inseguridad de las llamadas.

Ante los cambios y modificaciones que las nuevas tecnologías han traído consigo, es que se ha hecho necesaria una evaluación sobre el uso que los jóvenes, principalmente, estamos haciendo de ellas. Ya que, por haber nacido en la etapa de su implantación, desarrollo y masificación, somos quienes nos estamos viendo mayormente influenciados por ellas, llegando, en la mayoría de los casos, a considerarlos primordiales.

Los nacidos a partir de 1981 y hasta el año 2000, la generación Y, que crecieron con una imponente presencia de los medios de comunicación audiovisuales, que investidos de una marca, de una imagen, reafirman su ubicación, lugar y posición desde la cual observar, observarse y ser observado. Por tanto, es importante que se dé “bien”, ya que ocupa el lecho de la identidad y adjudica el status[1].

[1] “Status social”, consultado el 29 de septiembre de 2007, disponible en http://www.monografías.com/

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