miércoles, 5 de diciembre de 2007

LOS USOS QUE SE LE DA A LA TELEFONIA CELULAR ACTUALMENTE

Víctor Flores Olea y Rosa Elena de Alba, en su libro “Internet y la revolución cibernética”, exponen que frente a cada revolución tecnológica siempre vamos a encontrar dos posturas: los optimistas y los pesimistas. Y rescatan que las revoluciones tecnológicas son instrumentos cuyo significado depende de la utilización que de ellos haga el hombre y la sociedad humana.

Mencionan que la sociedad de la información que va integrándose se define cada vez cada vez más por una serie de “convenciones” que han de respetar los usuarios, reglas no escritas y “tradiciones” o hasta “manías” que se afianzan y representan el “signo distintivo” de los mismos. Estas características peculiares comprenden desde ciertas formas de expresión y escritura hasta, por supuesto, disposición al auxilio de los participantes recién llegados. Afirman que la realidad virtual es un proceso que se gesta y transforma continuamente, por lo que se han ido forjando <> con intereses análogos, más bien que comunidades geográficas. Con una característica adicional: que a diferencia de las transmisiones radiofónicas o d e imágenes en la pantalla de televisión, ambas partes actúan y participan.

Desde este punto de vista, se le considera a la tecnología celular como un proyecto nuevo de cohesión social, pues ayuda a que se creen lazos humanos que bien podrían frenar, en cierta medida, la fragmentación que el capitalismo trajo a la sociedad. Los resultados obtenidos por Rafael Sánchez, en una encuesta realizada a estudiantes universitarios de entre 18 a 24 años en Yucatán, vemos ilustrado lo anterior:
Disponer de un teléfono celular facilita mi necesidad de socializar con gente de mi edad

Es decir, 41 de los entrevistados expresan que el poseer un equipo celular no les ayuda a socializar con otros estudiantes de licenciatura. Pese a ello, notamos que el 30% de la población estudiantil está muy de acuerdo con la proposición. Por lo tanto, podemos inferir que aunque no totalmente si existe una parte de los jóvenes que consiguen relacionarse con sus compañeros por tener en común el uso de la telefonía celular.

Flores Olea y Gaspar de Alba citan a Norbert Wiener, el cual en 1948 anunció que la aparición de la sociedad de la información insiste en el tráfico de la información como condición necesaria al ejercicio de una democracia más participativa que la existente en la actualidad. Por supuesto, las críticas a tal declaración no tardaron en aparecer, Giovanni Sartori planteó que tal <> no existe, ya que no se puede aceptar un universo compuesto exclusivamente de ciudadanos adiestrados en un aspecto de la tecnología.

Podemos agregar que no es posible aún una democracia virtual, porque no todos los estudiantes, por ejemplo, pueden contar con uno de estos aparatos. No ha sido suficiente la masificación de los equipos móviles, mientras las posibilidades de adquirir uno sigan dependiendo de que se cuente con los suficientes ingresos económicos, como para destinar una cantidad en uno de los fetiches tecnológicos actuales. Esta es sin duda, la historia de la globalización de los mercados mundiales y la circunstancia de que los servicios otorgados por la tecnología móvil contribuyan a los negocios y al dinero que hacen multitud de compañías.

Tal es el panorama mundial, como lo señalan Víctor y Rosa Elena: “Varias voluntades se enfrentan en la competencia: las empresas telecomunicacionales que luchan por controlar las redes telefónicas, las conexiones digitales, los satélites y eventualmente el software necesario para efectuar la “navegación” en incontables filaturas de la red. Eduardo Galeano insiste en la irreversible penetración del mercado en las nuevas tecnologías (la telefonía celular, Internet…), como antes ocurrió con el radio y la televisión, y en el hecho de que el medio será un instrumento más de estandarización cultural y espiritual y de control de las conciencias por parte de las corporaciones internacionales. La oportunidad se habría perdido y la revolución tecnológica a que nos enfrentamos habría otra vez abortado en herramientas de sometimiento y no de liberación”.

En una perspectiva teórica complementaria Howard Rheingold investiga en “Multitudes inteligentes”, texto publicado en el 2004 por Editorial Gedisa, sobre los usos destructivos y beneficiosos que se le han dado a la telefonía móvil. Coincide con Víctor Flores y Rosa Gaspar en que ha ayudado al proceso de socialización, ya que los usuarios cooperan para crear una red compleja óptimamente organizada; pero también la telefonía móvil ha servido para que se derroquen gobiernos o se planeen ataques terroristas. Influyendo en muchos acontecimientos sociales.

Howard define a las multitudes inteligentes como los grupos de personas movilizadas y organizadas a través de un medio de comunicación, en este caso, el teléfono celular por ser una telefonía inalámbrica es una parte principal de su infraestructura. El surgimiento de las multitudes inteligentes se da, según el también autor de La Realidad Virtual, cuando millones de per­sonas utilizan sistemas de comunicación móvil con sensores de localización espacial en entornos totalmente informatizados.

Pero pese a su movilidad, la telefonía celular presenta un inconveniente y es, que no se cuenta con privacidad, esto es, para Rheingold el que a mayor número de personas les son transmitidos datos personales.

En su primer capítulo del texto Multitudes inteligentes, titulado “La epifanía de Shibuya”, Howard Rheingold presenta el teléfono doméstico como una especie de control de los padres sobre los hijos, motivo por el cual los jóvenes encuentran en el celular la libertad comunicativa.

Otra de sus aportaciones de Rheingold es el término “tecnologías de la cooperación”. Nombra así a la telefonía celular porque los estudiantes universitarios aprenden a reconocerse e interactuar, es decir, cooperan con un grupo para conseguir la sobrevivencia frente a los otros grupos. Siempre han existido redes sociales complejas señala, pero los avances tecnológicos más recientes en telecomunicación han permitido que se consoliden como una forma de organización social dominante. Cuando la sociedad, las instituciones y el conocimiento se interrelacionan a través de redes de comunicación informáticas, se convierten en redes sociales asistidas por ordenador.

Hoy día es de lo más común tener un teléfono celular a través del cual nos comunicamos con cualquier persona que posea los medios para hacerlo, es decir, cuente con un móvil. Dentro de esto, las maneras para comunicarnos con el otro se han multiplicado, pues podemos con el teléfono celular realizar llamadas, mandar mensajes escritos o multimedia, establecer una conectividad por infrarrojos o Bluetooth.

Efectivamente, un punto importante es el uso que hacemos de la tecnología, por lo cual retomaremos del libro de Denis McQuail, Introducción a las teorías de la comunicación, el enfoque de usos y satisfacciones de las audiencias. Complementando con el texto citado anteriormente de Romina Schnaider y otros (Comunicación para principiantes).

“Durante la década del setenta en Estados Unidos paralelamente a la corriente de los efectos a largo plazo, se desarrollan indagaciones sobre la recepción conocidas como estudios de usos y gratificaciones. Según sus investigadores, el consumo de productos mediáticos (como mirar televisión, ir al cine, escuchar la radio o leer un periódico) gratifica ciertas necesidades experimentadas individualmente por las audiencias.

Según esta corriente, la relación entre mensajes y efectos no es directa, sino que los miembros del público hacen uso de ellos, en función de la satisfacción de necesidades específicas. El público es quien vincula la gratificación de la necesidad con la selección de los programas. Cada medio ofrece una combinación de contenidos y atributos capaces de producir diferentes tipos de gratificaciones. Y cada miembro de una audiencia –motivado por sus necesidades individuales-, puede interpretar y usar los contenidos mediáticos en forma diferente”.

De acuerdo a ello, Denis McQuail y Elihu Katz entre otros, elaboran tipologías correspondientes a la interacción entre los medios y sus audiencias, es decir, entre sus motivos y satisfacciones del uso de los media, lo cual podemos ampliar a nuestro campo de estudio, la telefonía celular:

1 Se hace uso de ellos para obtener información y consejos.
2 Para reducir la inseguridad personal.
3 Porque se puede aprender con ellos sobre la sociedad y el mundo.
4 Además podemos encontrar en los mismos, el respaldo a los valores propios.
5 Descubrimos en el uso de los media, de los cuales el celular ya forma parte, aspectos de la vida propia.
6 Experimentamos empatía por los problemas ajenos.
7 Sirven de base y sustituto los contactos sociales.
8 Al mismo tiempo, pueden hacernos sentir conectados con los demás.
9 Ayudan a que nos escapemos de los problemas y preocupaciones; experimentando un desahogo emocional.
10 Penetramos en un mundo imaginario con ellos.
11 Con ellos se puede pasar el tiempo.
12 Obtenemos una estructuración de la rutina diaria.

Es indudable que actualmente nos hayamos inmersos fundamentalmente en una época en la cual las formas de pensamiento, de actividad económica y laboral, de ocio, de interacción social, y en consecuencia, de las condiciones tanto materiales como culturales de nuestra existencia. En este caso, con la telefonía celular gratificamos no sólo, como se verá más adelante, la necesidad de comunicarnos, sino que este aparato se ha convertido también en nuestro organizador, calculadora, cámara fotográfica y/o de video, grabadora, etcétera; todo dependerá de cuál sea la necesidad del usuario.

Y retomando los datos estadísticos conseguidos en la investigación “Impacto de la telefonía celular y la Internet en el entorno social y académico de los jóvenes universitarios” por Sánchez Lizama, podemos visualizar mejor la aplicación de este enfoque comunicacional.

Por ejemplo, a la afirmación de si “usan el teléfono celular sólo para comunicarse”, deduciríamos que 29 de los encuestados cubre esa necesidad únicamente, mientras que el 83% restante, gratifica además de este motivo otros.

Uso el teléfono celular únicamente para comunicarme

Pero como veremos en la siguiente gráfica, esos usos son motivados por necesidades que desean cubrir los estudiantes de la universidad, aún dentro del salón de clases, puesto que 30 de los 169 alumnos, no presentan objeción para que se prohíba su uso en las aulas de clase. Aunque, también nos revela un grado de dependencia que se tiene con respecto a la telefonía celular, lo cual trataremos un poco más adelante.

Debe prohibirse el uso del teléfono celular en los salones de clase



Algo muy semejante ocurre en el hogar de los estudiantes, pues ubicados en su domicilio, siguen manteniéndose en interacción con otra persona, vía telefonía móvil, sólo que en este caso, es mucho más marcada la conectividad y por tanto el uso que se le da a este aparato.

Hago uso del teléfono celular aún cuando me encuentro en casa

No hay comentarios: